viernes, 10 de junio de 2011

Devolución

   Sus manos eran pequeñas y delicadas.  Estaban detenidas en un tiempo sin movimiento, recostadas como flores caídas del árbol sobre el pavimento.  Su pelo se movía mientras al llamas lo convertían en cenizas. 

Luego su piel, su piel blanca, invadida de pronto por el fuego que la sorprendía, laquemaba y la mostraba en su estado más rudimentario.  Se chamuscaba y caía en trozos dejando al descubierto sus hueso pequeños.

Los huesos ahora arden solos, consumiéndose en una llama casi eterna, que no para.  Purificados, bellos, elevados.

Dónde estás??  Etérea belleza desaparecida.  Devuelta a tu creador por mi.