jueves, 29 de enero de 2009

Lily Ledy

Navegaba alegremente por la red cuando me vino a la memoria un nombre: Lily Ledy. Lily Ledy era una de las marcas más conocidas de juguetes en México. De su infinita variedad de juguetes el único que recuerdo haber poseido es la muñeca Adiosito, que caminaba y decía adiosito mientras movía la mano. De hecho sus juguetes más populares para niñas eran las muñecas que hacían todo tipo de gracias. Lloraban (oh tiempos de inocencia) , hablaban (idem), iban al baño (que belleza) les salía espuma por la cabeza (por lo menos se bañaban), etc. Para niños había autopistas, coches, figuras de acción (tenían todas, pero todas las de la guerra de las galaxias), etc

Pero de entre todos los juguetes que tenía recuerdo en particular la casa del árbol. Básicamente era un arbolito como de unos 40 centímetros de altura y que se podía abrir. La famosa casita tenía elevador, recamara, cocina, cochera en el tronco y claro, sus habitantes. Mi vecina Alejandra la del 7 (porque había una Alejandra la del 8) al parecer lo tenía todo: rubia, delgada, de ojos claros y con casita del árbol!!! Por supuesto era la envídia de todas las niñas de la cuadra incluyéndome y usaba su poder en nuestra contra.

Ese poder consistía en poder dominar todas las actividades que organizábamos. Ya fuera baile, juego, fiesta o reunión ella tenía que ser el centro de atención o la ganadora. Si jugábamos a las escondidas ella nunca buscaba y si la encontraban primero se iba a encerrar a su casa con todo y casita. Recuerdo cuando montamos un baile con música de rock de los años sesenta y ella a fuerza quería que la cargaran. Creo que no se daba cuenta que nuestras fuerzas no eran como para cargar a nadie. Pero peor para ella se dió un porrazo que sospecho hasta el día de hoy lo recuerda.

Pero todo era poco con tal de tener el placer de jugar con esa casita, aparte si la agarrabas de buenas hasta la llevaba a tu casa para jugar!!! Y la casita tenía arriba su asita color verde que se camuflajeaba con el árbol y así salía Alejandra con su casita para visitar a alguno de esos pobres mortales que no teníamos una en casa.

Pero como todo en la vida tiene su fin, el reinado de Alejandra y la casita del árbol llegó a su fin. No es que la casita pasara de moda, es solo que encontramos otros pasatiempos más interesantes. Digo, crear momias jamás podrá compararse con una casita del árbol verdad?? Aún cuando la casita tenga elevador.

viernes, 16 de enero de 2009

La descuartizadora de Oaxaca

Horror de horrores!! Hoy hice algo que creo que afectará mi de por si ya dañada mente por el resto de mi vida. Eso si, este hecho me dejó muy claro el porque yo sería incapaz de matar a alguien y luego hacerlo cachitos dentro de la bañera (lo mismo habrán dicho muchos pero muchos asesinos) pero yo lo digo en serio.

Resulta que hace un par de semanas (si, SEMANAS) compré un pollo rostizado para mi y mi hermana. Por supuesto a mi no es que no me guste el pollo, es solo que no como sus partes feas (que son casi todas) así que solo me comí algunos pedazos de pechuga y mi hermana me hizo la caridad de no comerse nada, así que el pollo ahí quedó.

Los días pasaron y el destino del pollo pasó de ser incierto a ser dudoso. Quién en su sano juicio se comería el pollo después de una semana??? Confieso que si hun¿biese sido res me lo como, total mundo ahí te quedas, pero pollo!!!! Está más allá de mis posibilidades de concentración.

Y hoy, al cumplirse 15 días exactos de la compra del pollo me decidí. Lo saqué del refrigerador, abrí el empaque y lo vi ahí con sus patas amarradas y con su piel tostadita.

La verdad lo dudé mucho, porque así comenzaron mis problemascon el pollo. Mi madrina me llevó una vez a comprar pollo y cuando vi como lo destazaban no pude menos que quedar traumatizada y negarme a comer las partes horribles del pollo.

Y ahora me tocaba a mi destazarlo, porque no había otra manera de dárselo a los perros. Así que agarré el cuchillo y lo empecé a partir por la mitad. Dios, que horror!!! Los huesos tronaban y salían volando los pedacitos y no podía cortar el cordel con que lo amarraron para que conservara su forma. Luego en el colmo del horror, tuve que terminar de partirlo a mano lo cual casi provoca que me desmaye. Ojalá nunca lo tenga que hacer de nuevo porque no digo que no lo haría, dudo si sería capaz.

Aunque pensándolo bien, a lo mejor lo mio lo mio no sea partir pollos a la mitad y se me da mejor partir gente a la mitad. Será????

martes, 13 de enero de 2009

Vamos a exhumar

Cuando era niña tenía un vecino al que le encantaban los animales. Le decíamos "el Jimmy" no pregunten por qué, ni siquiera recuerdo su nombre real. Será que si se llamaba Jimmy?? Bueno, como sea ya me estoy desviando del tema. El caso es que el Jimmy tenía muchos animales y una mórbida fascinación por las momias. Así que cada que se moría un animalito, ahí va el Jimmy y lo entierra envuelto en vendas a ver si se momificaba.

Claro está, cada cierto tiempo tenía que hacer exhumaciones para ver como iban sus experimentos. Claro que todo este show requería de expectadores y nadie mejor que la bola de chamacos que tenía por vecinos. Así que desde un día antes nos avisaba a quien tocaba desenterrar. Le tocaría el turno a Piopí el pollito??? A Manolín el perico?? A Kiko el tortugo??? A todos tocó desenterrar y ver que no más ninguno se convertía en momia.

Llego un momento en que las exhumaciones se fueron haciendo aburridas y los espectadores nos fuimos alejando de esas "inocentes" diversiones.

Y entonces pasó. Jimmy nos llamó porque era el momento de desenterrar a Chita el mono (aclaración: No era el de Tarzán). Chita perteneció a Jimmy (obvio, a nadie de nuestra edad lo dejaban tener un mono araña en la casa) y murió en circunstancias misteriosas (o sea no me enteré de que fue la cosa). El caso es que todos asistimos a su solemne entierro con flores, plañideras y toda la cosa. Ya el desentierro fue una pachanga terrible, sacaron su caja y sin abrirla quedó en exhibición por un día entero. Ni les cuento el olor que salía de ahí dentro.

Por entonces la casa donde yo vivía colindaba con varias terrenos baldíos así que hacía ahí nos fuimos junto con la caja de Chita. Se hizo el silencio, Jimmy se acercó poco a poco a la caja y ... la abrió. Ahí estaba lo que quedaba de Chita que olía horrible y se veía peor. En eso y como película de horror holliwoodense clase B, el cadaver de Chita se empezó a mover. AAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!! Patitas pa' que las quiero, nos hechamos a correr sin investigar nada.

El chiste es que al poco tiempo el jimmy se mudó y no volvimos a saber de él. Dicen las malas lenguas que desapareció misteriosamente y que sus papás solo encontraron unas vendas sucias en su cama. La leyenda cuenta que Chita aún vaga convertida en momia buscando a los niños que participaron en su exhumación para tomar venganza (De qué?? si nosotros no la convertimos en momia).

Yo por aquello de las recochinas dudas no voy por ahí, no vaya ser la de malas y Chita consume su venganza.