Levanté los ojos para ver la jacaranda florecida. No hay nada, se fueron junto con la última esperanza de estar viva. Me carcomía la incertidumbre y ahora estoy segura. No se cuanto tiempo ha pasado, si son días, si son meses, simplemente morí, no se si sin ruido o blandamente como las mismas flores o el universo entero se cimbró al enterarse del suceso.
Sin embargo sigo aquí, vagando por las calles familiares, viviendo en la misma casa, comiendo y bebiendo como si siguiera aquí pero no estoy. Hoy lo entendí, me fui hace tiempo sin saber como. Sigo esperando la sin razón de mi vida que es ahora la sin razón de mi muerte. Sigo esperando que venga llamándome a gritos y sin pausas.
Pienso si la muerte debe ser así, llegar a esos caminos conocidos sin estar ahí. Si es correcto seguir deseando estar, detenido en el camino, sin seguir, sin buscar. Detenerse en un tiempo sin tiempo, sin respuestas, ni arrebatos. Pienso si quiero seguir así mientras llegan las respuestas que espero, las únicas.
Estoy muerta lo se, pero quiero esperar, aunque en esta espera haya menos certeza que en la muerte misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario